Como garantizar que no se congele el agua de la piscina

La manera más eficaz de garantizar que no se congele el vaso, es instalar un cobertor de protección. Pero si no disponemos de una lona, podemos evitar los efectos del hielo de una forma sencilla que atenúe y reduzca la presión del agua congelada. Estos son los pasos que aconsejamos para que sea práctico y quede cuco.

 

1. Utiliza flotadores de hibernación

Los flotadores de hibernación se colocan en forma diagonal en la piscina y quedan suspendidos en el agua impidiendo que se forme escarcha o hielo. En concreto, los flotadores de hibernación han sido diseñados para absorber el aumento del volumen del agua, liberar el exceso de presión y evitar, así, cualquier posible grieta en nuestra piscina. Estos flotadores tienen unos orificios que permiten atarlos entre sí para adaptarlos a la dimensión concreta de nuestra piscina.

2. ¡No olvides proteger tu piscina con un cobertor de invierno!

En combinación con los flotadores de hibernación, los cobertores de invierno favorecen la conservación del calor durante el día, impiden la proliferación de microorganismos, protegen de la suciedad y sirven como mecanismo de seguridad durante el tiempo que la piscina está siendo inutilizada.

3. Genera movimiento en el agua

Para superar las primeras heladas, o en las zonas donde el invierno es suave, también resulta útil poner en marcha la bomba de agua para generar un movimiento en el agua y romper las posibles placas de hielo. Sin embargo, durante el invierno más crudo, se recomienda inmovilizar el agua, vaciar todas las tuberías de agua para evitar posibles roturas y proteger la bomba y el filtro cubriéndolos con un material aislante.

Siguiendo estas medidas básicas, y revisando el estado del agua de la piscina cada tres semanas, evitaremos la congelación y podremos esperar con tranquilidad a que la temperatura cambie para retomar la época del baño.